La piel es la primera barrera protectora de que disponemos y el órgano más grande del cuerpo. Es fundamental mantenerla limpia e hidratada, lo que se traduce en mantenerla sana. Cada una de las pieles tiene sus características, con lo cual, es importante tratarlas con los productos adecuados para cada una de ellas. Además, a diario nos enfrentamos a agentes externos que resultan nocivos y que afectan directamente a nuestra capa protectora como la polución, el polvo, el exceso de sol, etc.